Romper el silencio
Inmaculada González Castro es médico y miembro de la Sociedad Española de Medicina Humanitaria
La falta de información y el miedo alimentan el
racismo, por eso el discurso oficial sobre migración en Europa los utiliza para
justificar actitudes propias de campañas bélicas frente a personas indefensas y
desesperadas. Estos elementos sostienen decisiones como el abandono de una
operación de búsqueda y rescate en el Mediterráneo, Mare Nostrum, por otra mucho
más modesta cuya finalidad es esencialmente la protección costera, Triton.
Que Europa negara a Italia el apoyo para mantener
este operativo, basándose en un bochornoso “efecto llamada”, ha hecho posible
que una vez más estemos oyendo hablar de “tragedia en el mar” como si se tratara
de un desastre natural, de un tifón inesperado e inevitable que se hubiera
tragado trescientas vidas a unas millas de la costa europea. No, no es así: hay
una responsabilidad en lo que ha ocurrido y en lo que previsiblemente seguirá
ocurriendo entre las costas de África y Europa. Mirar hacia otro lado y dejar
morir de frío en medio de las olas a cientos de seres humanos sencillamente no
es una opción, y revertir esa realidad evitable pasa como primera medida por
cambiar un enfoque defensivo claramente fracasado por otro más valiente que
busque la implicación y el compromiso de todos los países europeos además de
los limítrofes, y que aborde la cuestión migratoria desde múltiples aspectos y
políticas y no solo desde el control de fronteras.
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