COMUNICADO DE PRENSA
LAS CONSECUENCIAS HUMANITARIAS DE UN ACUERDO
CÍNICO Y CRUEL
Bruselas, 18 de marzo de 2016.
El acuerdo entre la UE y Turquía no es una solución a la “crisis” que afecta a
Europa.
La propuesta de acuerdo con Turquía muestra una vez más cómo los líderes de Europa han
perdido por completo la noción de la realidad. Si se implementa este acuerdo cínico, por
cada sirio que arriesga su vida en el mar, otro sirio tendrá la oportunidad de llegar a Europa
desde Turquía. Este crudo cálculo reduce a las personas a meros números, negándoles un
trato humano y restringiendo su derecho a buscar protección en Europa. Estas personas no
son números, sino hombres, mujeres, niños y familias. Alrededor del 88% de los que utilizan
esta ruta proceden de zonas en conflicto, y más de la mitad de ellos son mujeres y niños.
Deben ser tratados con humanidad y se debe garantizar el respeto de sus derechos y de su
dignidad.
Las medidas adoptadas por la UE tendrán consecuencias humanitarias
inmediatas
Día tras día, estamos viendo violaciones regulares de la dignidad de las personas en Grecia
y los Balcanes: rechazos arbitrarios, violencia en las fronteras e inhumanas condiciones de
acogida. A pesar de lo que el Consejo de la Unión Europea pueda decir, un plan cuyo
objetivo es impedir que se siga buscando asilo en Europa devolviendo masivamente a todo
el mundo a Turquía – un país que ya alberga cerca de 3 millones de refugiados registrados
–, no es realista y sólo producirá más sufrimiento. La respuesta no debe pasar por dar la
espalda a quienes han huido de la guerra y las persecuciones, por crear una crisis
humanitaria en Grecia y por dar dinero en efectivo para resolver el problema.
Grecia no puede hacer frente sola a esta situación
Europa parece esperar que una nueva crisis humanitaria, esta vez en Grecia, disuada a
otros refugiados de venir a Europa. Para MSF esta es una postura miope y cruel. La
infraestructura existente en Grecia está desbordada por los más de 40.000 hombres,
mujeres y niños que se encuentran actualmente varados en el país. Al menos 12.000 de
ellos se encuentran en Idomeni, en la frontera entre Grecia y ARYM, donde nuestros
equipos ven escenas terribles cada día: niños que han nacido en suelo europeo se ven
obligados a pasar la noche en una fría tienda de campaña a merced de la lluvia y la
humedad. Los frágiles esfuerzos que se están haciendo para mejorar las capacidades de
refugio (principalmente por parte de las organizaciones humanitarias y de los voluntarios),
caerán en saco roto si cientos de miles de personas terminan varadas en Grecia.
La asistencia humanitaria debe basarse en las necesidades y no en las
agendas políticas. Los planes de la UE nunca representarán una solución
aceptable
Con estos nuevos planes, la UE sólo trata de aliviar las consecuencias humanitarias de las
acciones irresponsables de sus Estados miembro. La ayuda humanitaria de la UE se está
convirtiendo en una herramienta para "contener" a los refugiados y a los migrantes fuera de
las costas europeas. Es inaceptable. La asistencia humanitaria debe basarse en las
necesidades y no en las agendas políticas. Estos planes nunca representarán una solución
aceptable que justifique el fracaso de los Gobiernos europeos en la adopción de políticas de
asilo y migración más humanas.
La propuesta de acuerdo entre la UE y Turquía, presentado como "la solución“ a la
denominada "crisis" que afecta a Europa, es un ejemplo perfecto de este peligroso enfoque.
El programa de admisión humanitaria voluntaria no se basa en las necesidades de
asistencia y protección de los refugiados, sino en la capacidad de Turquía para detener la
"migración" orientada a Europa. En un momento en que hay millones de personas
desplazadas en el mundo, es una vergüenza que el único paso seguro ofrecido por la UE
está condicionado por el número de personas que pueden enviar de vuelta.
Ya es hora de que los Gobiernos europeos proporcionen de una vez por todas
una respuesta responsable, común, humana y digna a la necesidad de
protección de los refugiados
Nuestra experiencia muestra claramente que por muchas vallas de alambre de espino que
sigan levantando a toda prisa, los refugiados seguirán encontrando otras formas de llegar a
Europa. Mientras, los líderes europeos siguen centrándose en una estrategia equivocada,
que sólo exacerba las causas de su propia crisis política: la falta de vías seguras y legales
de entrada obliga a miles de personas a arriesgar su vida en el mar y a ponerla en manos
de contrabandistas. Además, la regla de tener que pedir asilo en el "primer país de entrada"
ejerce una presión injusta sobre los países del sur de Europa y obliga a todas estas
personas a transitar por caminos llenos de obstáculos y peligros. No ha habido ninguna
respuesta a estas deficiencias problemáticas. La reubicación, una propuesta creada para
salir de forma segura de Grecia y poder escapar de un sistema de asilo y de recepción que
es deficiente y que está colapsado, no está funcionando. Sólo 937 solicitantes de asilo han
sido reubicados, una cifra a años luz de los 160.000 prometidos, y sólo 4.555 personas de
las 20.000 acordadas han sido reasentadas.
El acuerdo UE-Turquía y el despliegue de la ayuda humanitaria de la UE hacia Grecia no
solucionarán de una manera rápida el problema ni dará respuesta a la necesidad de
seguridad y protección que tienen los refugiados. Ya va siendo hora de que los Gobiernos
europeos empiecen a enfrentarse a la realidad y de que proporcionen de una vez por todas
una respuesta responsable, común, humana y digna a la crisis que las propias políticas de la
UE han contribuido a agravar. Ya no pueden demorarse más en proporcionar vías seguras
de entrada para quienes necesitan, hoy más que nunca, que les traten con dignidad