jueves, 27 de noviembre de 2008

SIMPLÓN , SIMPLÓN , SIMPLÓN ,.... MÁS QUE SIMPLÓN ... ERES TAN SIMPLÓN QUE ME "PUAG "

LO QUE HAY JOSÉ M. CLAR FERNÁNDEZ
La inmigración en España: un problema que hay que resolver
El Día, , 2008-11-27

EN ESPAÑA nos quejamos y hasta nos alarmamos del alto índice de inmigrantes que acuden de forma legal e ilegal a nuestro país diariamente. Aunque las cifras no son exactas porque no pueden serlo dada la clandestinidad de muchos inmigrantes, se estima que están llegando a nuestro país una media de 10.000 extranjeros por año, calculándose que en la actualidad ya hay residiendo en esta nación cuatro millones de personas foráneas. Así pues, cabría preguntar ¿podemos absorber esta cantidad indefinidamente? ¿Qué podría ocurrir ante un período negativo de la economía, como el que estamos padeciendo ahora en España, con el Estado del bienestar (prestaciones sociales, pensiones, paro, educación escolar, asistencia sanitaria, etc.)?

No podemos olvidar lo que ocurrió en Francia hace unos años cuando sufrió unas revueltas en los suburbios de París que significaron un toque de atención para que otros países se dieran cuenta de que el problema de la inmigración no está fuera, sino dentro. Recordemos que jóvenes franceses de la tercera generación de inmigrantes, teóricamente franceses, con educación gratuita, que viven en casas subvencionadas, con sanidad subvencionada, subsidios de paro y que aspiran a una pensión pública generosa, le dijeron al gobierno francés que tiene un importante problema con la inmigración. Sólo en una noche, la del 5 de noviembre de 2005, cerca del núcleo urbano de París, fueron quemados 1.295 coches y fueron arrestadas 312 personas.

¿Y qué está ocurriendo en España para que sea uno de los destinos preferidos de los inmigrantes? Veamos. Actualmente nuestro país tiene cerca de 45 millones de habitantes, de los que más de 4 millones son inmigrantes legalizados, merced a los distintos procesos de regularización que el gobierno ha ido realizando, calculándose que hay, además, más de un millón de irregulares. Es bien sabido que los ingresos de las comunidades autónomas y de los ayuntamientos procedentes del Estado se realizan en función del número de habitantes empadronados, así pues, las administraciones locales y autonómicas favorecen las inscripciones de estas personas, sea como sea, para incrementar sus siempre maltrechas arcas. Igualmente, el Gobierno es generoso en el reparto de papeles. ¿Resultado? España es una frontera permanente abierta, o sea, un coladero, para quienes desean entrar en nuestro país.

La inmigración es simultáneamente una riqueza, un derecho y un problema. En general representa aspectos positivos, sobre todo para un país como el nuestro, con bajo índice de natalidad y una población que envejece año tras año, por lo que alguien tendrá que contribuir a que tantos pensionistas puedan cobrar su pensión mensual, y esos son los inmigrantes con su trabajo. Pero la inmigración, sobre todo la ilegal, tiene sus aspectos negativos. Por ejemplo, el aumento del gasto público no cuantificable, que por ser imprevisto, al aumentar la población foránea, se precisan más infraestructuras: sanidad, educación, vivienda, servicios, etc.
También es perjudicial porque favorece el crecimiento de la economía sumergida perjudicando a los ingresos del Estado; crea focos de inseguridad que repercuten en el orden público: tráfico de drogas, robos con violencia extrema, asesinatos, estafas, prostitución y, en general, aumento de la delincuencia. No olvidemos que el 40% de todos los presos que cumplen condena en las prisiones españolas (alrededor de 80.000) son extranjeros, y si a ello añadimos que la mayoría de estos delincuentes operan a través de mafias, el problema se agudiza todavía más.

Otro problema lo representa la población inmigrante no productiva, que supone un importante coste económico pues, a pesar de que un alto porcentaje de ella trabaja, su meta principal es el reagrupamiento familiar en España, lo que supondrá que millones de personas en nuestro país demandarán gastos sociales y, la verdad, en la actual situación de crisis económica que sufre la nación y padecen los españoles, España no puede atender a tanta demanda.

Inmigrantes sí, pero sólo los que puedan ser productivos, pues antes que ellos estamos los españoles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chossssssssssssss, qué ganas de llorar y qué vergüenza ajena después de leer esto...

Anónimo dijo...

Hoal,soy una enamorada de tu blog,pero últimamente cada vez que lo abro se me ralentiza todo el equipo,además salen muchos anuncios raros en medio(spam supongo).Pregunta a tus conocidos a ver si les pasa lo mismo con tu blog¿?¿?¿'

Anónimo dijo...

Después de leer este articulo, esta claro que la inmigración tiene cosas muy positivas para nosotros, y también para ellos. Pero como toda realidad en el mundo tiene su parte negativa también.
Lo de que en tiempos de crisis se convierten en un problema, es una realidad si lo miramos desde el punto de vista de mano de obra. Pero son personas con sus proyectos como todos y por tanto se merecen una solución a ellos como todo el mundo. Acaso propones que los hechemos cuando ya no son utiles. entonces porque los hemos admitido cuando este país queria crecer más y más. Sólo son unas victimas más de la especulación de cuatro. Y ahora pagamos todos juntos esas consecuencias. A quien deberiamos hechar son a esos que se han enriquecido a costa de ellos por trabajar barato y de nosotros a costa de las hipotecas.

Estoy intentando lanzar un blog, donde ir planteando la realidad de la inmigración desde los dos puntos de vista, con la colaboración de todos a través de vuestros comentarios. Pasaros por ahi.

http://traselviaje.blogspot.com/