Perdí el pasaporte de mi país y ahora soy 'argenchino'»
El Correo, LAURA CAORSI, 2011-01-17
La entrevista con Hong Shi tiene lugar en su tienda. «Por favor, llámame Andrés, así será más sencillo», sugiere. Al igual que muchos ciudadanos procedentes del gigante asiático, este chino nacido en la provincia de Jiang Xi ha adoptado un nombre occidental para facilitar las relaciones con la sociedad de acogida. «Es lo mejor, sobre todo si tienes trato permanente con la comunidad local», continúa él, que además de ser comerciante, es profesor de mandarín en una academia de idiomas.
Andrés llegó al País Vasco en 2006, pero su experiencia como emigrante es mucho más extensa. Lleva más de veinte años dando vueltas por el mundo. «Me fui de mi pueblo en 1986, cuando terminé el instituto – relata – . Aunque mi idea era inscribirme en la universidad, mi padre decidió que era un buen año para probar suerte en Argentina. Viajamos juntos a Buenos Aires, montamos un pequeño comercio y vivimos ahí cuatro años. Yo aprendí a hablar castellano allá, por eso tengo este acento», dice y pregunta: «¿Tenés ganas de tomar un té chino?».
La charla prosigue al calor de dos tazas humeantes, junto al mostrador de su negocio de Getxo. «Mientras vivía en Buenos Aires – continúa – , solicité la nacionalidad argentina. Lo hice sin saber que mi país no admitía la doble ciudadanía, así que, cuando me dieron el pasaporte nuevo, dejé de ser ciudadano chino. Desde entonces, a todos los efectos legales, soy argentino», explica. «Tanto es así que, cuando viajo a mi país, tengo que pedir un visado».
El Correo, LAURA CAORSI, 2011-01-17
La entrevista con Hong Shi tiene lugar en su tienda. «Por favor, llámame Andrés, así será más sencillo», sugiere. Al igual que muchos ciudadanos procedentes del gigante asiático, este chino nacido en la provincia de Jiang Xi ha adoptado un nombre occidental para facilitar las relaciones con la sociedad de acogida. «Es lo mejor, sobre todo si tienes trato permanente con la comunidad local», continúa él, que además de ser comerciante, es profesor de mandarín en una academia de idiomas.
Andrés llegó al País Vasco en 2006, pero su experiencia como emigrante es mucho más extensa. Lleva más de veinte años dando vueltas por el mundo. «Me fui de mi pueblo en 1986, cuando terminé el instituto – relata – . Aunque mi idea era inscribirme en la universidad, mi padre decidió que era un buen año para probar suerte en Argentina. Viajamos juntos a Buenos Aires, montamos un pequeño comercio y vivimos ahí cuatro años. Yo aprendí a hablar castellano allá, por eso tengo este acento», dice y pregunta: «¿Tenés ganas de tomar un té chino?».
La charla prosigue al calor de dos tazas humeantes, junto al mostrador de su negocio de Getxo. «Mientras vivía en Buenos Aires – continúa – , solicité la nacionalidad argentina. Lo hice sin saber que mi país no admitía la doble ciudadanía, así que, cuando me dieron el pasaporte nuevo, dejé de ser ciudadano chino. Desde entonces, a todos los efectos legales, soy argentino», explica. «Tanto es así que, cuando viajo a mi país, tengo que pedir un visado».
2 comentarios:
Hola, soy un estudiante de sociología. Me parece especialmente curioso, y sobre todo, útil este blog. En una ´práctca estoy realizando una investogación sobre inmigrantes retotnados, aquí dejo el enlace:
http://migracionsociologiainternet.blogspot.com/2011/01/memoria-de-la-presente-investigacion.html
Te lo llevas crudo con esto de la inmigración. Vamos, que tienes el negocio montado.
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