Pateras de juguete
Cientos de niños magrebíes se juegan la vida cruzando el Estrecho para acabar repatriados como adultos o atrapados en las redes de prostitución
PAULA ROSAS RABAT
«Los menores son los inmigrantes más incómodos porque requieren otro trato»
«Salí de casa, como todos los días, y fui al taller. Yo no sabía nada, y cuatro policías vinieron a buscarme, me retorcieron el brazo, me empujaron contra la pared y me insultaron. Lo pasé muy muy mal. Me llevaron a Barajas y de ahí a Tánger». Bilal el Meghraui reconoce que, aunque han pasado tres años, cuando piensa en ese día «me pongo triste y pierdo las ganas de comer».
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