martes, 11 de agosto de 2009

DENUNCIA MUERTE DE UN URUGUAYO EN TENERIFE POR OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO.

Construcción. Realizaba reformas en un bar; investigan la causas de su deceso

Denuncian muerte de un uruguayo en España por omisión de asistencia

El hijo de la víctima reclama desde España justicia y pide al gobierno uruguayo apoyo económico para iniciar la demanda contra el propietario del bar, donde su padre hacía reformas. Denuncia que el dueño no le prestó atención médica para no tener problemas con la justicia, ya que la víctima estaba indocumentada.
Guzmán Laguarda


Islas Canarias. En Santa Cruz de Tenerife fue donde se suscitaron los hechos.
En un principio le habían informado que su progenitor había fallecido a causa de un paro cardiorrespiratorio, pero dice que luego supo la verdad. Sostiene que el dueño, para deslindarse de todo tipo de responsabilidad, arrastró a la calle el cuerpo aún con vida de Luis Beltrán Larrosa Conde, de 56 años, a la puerta del bar donde ambos estaban realizando reformas.
"Si mi padre hubiera recibido asistencia médica desde un principio, no estaría en estos momentos hablando contigo", dijo a LA REPUBLICA desde Santa Cruz de Tenerife (España) Pablo Gabriel Larrosa Varela, hijo de la víctima.
Aunque se lo notaba tranquilo en su relato, se podía advertir que aún no había terminado de asimilar el trago amargo que significó la muerte de su padre.
Hace unos cinco años, recuerda el inmigrante, su progenitor viajó a Tenerife en busca de trabajo. Luis Beltrán Larrosa Conde, de 56 años, comenzó a trabajar en la construcción, en diferentes obras.
Pero había un gran problema: al igual que cientos de extranjeros, se encontraba en situación irregular, estaba indocumentado, por lo que las condiciones, tanto económicas como de seguridad, eran siempre deficientes.
No había podido conseguir en todos estos años los papeles necesarios para regularizar su situación.
El último sábado, mientras trabajaba en un bar ubicado en Playa Paraíso, un balneario perteneciente al ayuntamiento de Abeje, al sur de Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias), junto con el propietario ­un ex agente de la Policía Nacional­, se comenzó a marear y cayó desplomado al suelo.
Un infarto terminó con su vida. Al menos eso fue lo que le advirtieron en un principio al hijo de la víctima, a las 16.15 horas de ese día.
"Inmediatamente me dirigí al lugar. Cuando llegué, el personal médico lo estaba tratando de reanimar, aún estaba con vida, pero su estado era sumamente delicado. Posteriormente lo trasladaron al Hospiten Sur de Playa de las Américas, donde lo trataron de reanimar durante tres horas, hasta que finalmente falleció", recuerda con tristeza nuestro compatriota.


"Algo no me cerraba"
Pero hubo un detalle que le llamó la atención a Pablo. El médico encargado se negó a firmar la defunción por muerte natural, por lo que el cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Tenerife para una autopsia.
Había indicios y presunción de culpabilidad por presunta negación de asistencia inmediata por parte del propietario del local, según testimonios y fotos de un testigo que denunció los hechos ante la Guardia Civil.
"Ahí me empece a dar cuenta de que algo no me cerraba; sospechaba algo raro", señaló Larrosa Varela.
El domingo, la Guardia Civil lo llamó para que se presentara a declarar al día siguiente en sus dependencias. Allí los funcionarios le contaron como fue realmente el hecho.
Un ciudadano colombiano que ingresó al local vio como se sucedieron los hechos y los denunció a la Guardia Civil.
El testigo vio como el propio dueño arrastraba por el suelo el cuerpo de Larrosa Conde hasta llevarlo a la calle, fuera del local. Inclusive esta persona le habría advertido que no podía cometer tal acción y mucho menos arrastrar el cuerpo de una persona que había tenido un problema de salud minutos antes.
Pese a ello, el policía retirado hizo caso omiso a la recomendación y lo arrastró a la calle aún con vida y lo dejó expuesto al sol radiante y a altísimas temperaturas.
Inmediatamente, el colombiano solicitó una ambulancia, mientras el propietario del bar se cambiaba el mameluco "para que no quedaran sospechas de que había estado trabajando junto con un indocumentado".
El día en que Pablo prestó declaración, también comparecieron ante las autoridades los agentes de la Guardia Civil y el testigo colombiano que inclusive presentó las fotos que pudo sacar con su celular en el momento que el denunciado arrastraba el cuerpo hacia la calle. El denunciado, en tanto, no se presentó ese día a declarar.


Reclama apoyo
Desde ese momento el hijo del occiso comenzó a reunirse con sus abogados para iniciar una demanda contra el propietario del boliche por omisión de asistencia.
El gran problema es que a pesar de tener una empresa unipersonal de reformas de obras, le resulta complicado hacerse cargo de los haberes de los profesionales.
"Un amigo que reside en Tenerife, Gustavo Vázquez (también uruguayo), se está contactando con la gente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay para que nos den una mano. Inclusive le enviamos una carta al presidente Tabaré Vázquez, y Gustavo mantuvo charlas con gente del Consulado general uruguayo en Madrid y el de Islas Canarias", explicó el uruguayo, de 30 años, radicado hace siete años en Tenerife.
"Queremos que se haga justicia, pero para eso necesito que el gobierno uruguayo nos dé una mano. Fijate que para enterrar a mi padre, el ayuntamiento de Abeje me tuvo que apoyar con 400 euros", agregó Larrosa Varela.
Además de ponerse en contacto con todas las asociaciones de uruguayos en España, "para meter presión" saldrán a los medios locales con una copia de la denuncia de los hechos "para que el gobierno español, al igual que el de Canarias, dé la cara, ya que este es un hecho muy grave contra los derechos de un trabajador, de un inmigrante, de un ser humano", dijo.

1 comentario:

Ainhoa R. Riesco dijo...

Desde luego que es un hecho muy grave, y vergonzoso... quizás resultado de la reforma de la ley de extranjería, también vergonzosa, que pretende hacernos unos salvajes y dar la espalda a personas, como tú y como yo...