ROMA, 21 (ANSA) - El caso del bote de inmigrantes clandestinos eritreos que derivó durante semanas en el Mediterráneo sin ser asistido, lo que se teme haya causado la muerte de 73 de sus pasajeros, desató una fuerte polémica en Italia y fue definido un "escándalo para la Humanidad" por la Iglesia católica. La Guardia de Finanzas rescató ayer frente a Lampedusa, isla al sur de Sicilia, un bote inflable en el que se encontraban cinco inmigrantes ilegales eritreos, entre los cuales una mujer, quienes afirmaron que 73 otros compañeros de viaje murieron durante su periplo desde las costas de Africa del Norte. El bote fue avistado por una unidad de la Guardia de Finanzas -la policía tributaria italiana- unas 12 millas náuticas al sur de Lampedusa, la isla que representa el territorio italiano más meridional, y de hecho se encuentra más cerca de Africa que de la península. Según Laura Boldrini, vocera en Italia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), "en base al testimonio de los sobrevivientes, aparentemente esta fue una tragedia en alta mar en la que quedaron involucradas unas 80 personas, en su mayoría eritreos, que viajaban a bordo de este bote, que zarpó de las costas de Libia a fines de julio". El ministerio italiano del Interior pidió a la policía de la localidad siciliana de Agrigento, de la que depende Lampedusa, que remita todos los datos de los que disponga sobre el caso: fuentes policiales afirmaron que hasta hoy no existe "ninguna certeza" sobre lo ocurrido. Aún así, el prefecto de Agrigento, Umberto Postiglione, que fue encargado por el ministro del Interior, Roberto Maroni, de hacer un informe sobre el testimonio de los inmigrantes socorridos, afirmó que "si el relato de los eritreos es confirmado, quiere decir que fueron violados los derechos humanos". "El código de navegación internacional prevé que en caso de naufragio se debe intervenir para socorrer a los involucrados: en los próximos días, cuando los eritreos estarán mejor, podrán relatar con mayor lucidez lo ocurrido. De todos modos ya comencé a preparar el reporte para enviar al ministro", dijo Postiglione. Según portavoces de la organización humanitaria Save the Children, que entrevistaron a los sobrevivientes, el bote inflable fue dejado a la deriva pese a que al menos 10 grandes embarcaciones lo vieron en dificultades durante su travesía. Los inmigrantes contaron que los alimentos, el agua y la gasolina que llevaban se acabaron a una semana de haber partido y que los cadáveres fueron lanzados al agua: pidieron ayuda a las embarcaciones que cruzaron, pero sólo desde una les dieron un poco de agua y pan.
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