Sobre la juventud extranjera desprotegida
CÉSAR MANZANOS BILBAO 01/02/2010
La actual respuesta institucional a la juventud extranjera desprotegida que ha venido siendo definida por parte de las instituciones como menores extranjeros no acompañados (menas) es una cuestión de rabiosa actualidad, aún sin encauzar. Las manifestaciones de conflictividad han ido extendiéndose durante estos últimos años como la pólvora de Vizcaya a Guipúzcoa y ahora a Álava. Para tratar de explicar por qué determinadas políticas institucionales hacia los llamados "menas" han sido inadecuadas y habrían de replantearse, es necesario partir de tres cuestiones.
A estos jóvenes se prioriza su repatriación porque tienen dificultades para su regularización
En primer lugar, aclarar que la respuesta ante este fenómeno la hemos de situar dentro del contexto de las políticas hacia la infancia, adolescencia y juventud marginadas, respuesta que hoy se articulan en torno a las políticas de protección. Así por ejemplo, en nuestro caso si los definimos como menores extranjeros no acompañados, justificamos en base a este y otros conceptos su reclusión abierta y temporal en centros de acogida, en cambio si los definimos como adolescentes abandonados y en situación de peligro, de vulnerabilidad, buscaríamos políticas integrales de protección y no de aparcamiento temporal para volver a abandonarlos cuando huyan antes de cumplir los 18 años para no ser repatriados o tengan que salir de los centros de acogida y se encuentren en la calle y con la amenaza de ser expulsados.
CÉSAR MANZANOS BILBAO 01/02/2010
La actual respuesta institucional a la juventud extranjera desprotegida que ha venido siendo definida por parte de las instituciones como menores extranjeros no acompañados (menas) es una cuestión de rabiosa actualidad, aún sin encauzar. Las manifestaciones de conflictividad han ido extendiéndose durante estos últimos años como la pólvora de Vizcaya a Guipúzcoa y ahora a Álava. Para tratar de explicar por qué determinadas políticas institucionales hacia los llamados "menas" han sido inadecuadas y habrían de replantearse, es necesario partir de tres cuestiones.
A estos jóvenes se prioriza su repatriación porque tienen dificultades para su regularización
En primer lugar, aclarar que la respuesta ante este fenómeno la hemos de situar dentro del contexto de las políticas hacia la infancia, adolescencia y juventud marginadas, respuesta que hoy se articulan en torno a las políticas de protección. Así por ejemplo, en nuestro caso si los definimos como menores extranjeros no acompañados, justificamos en base a este y otros conceptos su reclusión abierta y temporal en centros de acogida, en cambio si los definimos como adolescentes abandonados y en situación de peligro, de vulnerabilidad, buscaríamos políticas integrales de protección y no de aparcamiento temporal para volver a abandonarlos cuando huyan antes de cumplir los 18 años para no ser repatriados o tengan que salir de los centros de acogida y se encuentren en la calle y con la amenaza de ser expulsados.
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