LA GACETA
José Darias se apoya en la memoria personal para crear una obra escultórica que envuelve los vestigios de un ‘barco’ cargado de simbolismos
RAQUEL ARTEAGA
LA LAGUNA.– Una urna de hierro y cristal a modo de pecera en la que en su interior navegan 171 trozos de madera estructurando un hipotético naufragio, es el punto de partida de Telémaco, una propuesta plástica del artista tinerfeño José Darias, que se apoya en las reflexiones de la emigración clandestina de Canarias para “representar la memoria de la realidad”.Este es el punto de partida de la serie Naos Estigias, un proyecto de más de siete meses de trabajo que ha vivido en la memoria de Darias como emigrante que ha sido, y como hijo de uno de los pasajeros del Telémaco que un día buscó mejor suerte en Venezuela.
LA LAGUNA.– Una urna de hierro y cristal a modo de pecera en la que en su interior navegan 171 trozos de madera estructurando un hipotético naufragio, es el punto de partida de Telémaco, una propuesta plástica del artista tinerfeño José Darias, que se apoya en las reflexiones de la emigración clandestina de Canarias para “representar la memoria de la realidad”.Este es el punto de partida de la serie Naos Estigias, un proyecto de más de siete meses de trabajo que ha vivido en la memoria de Darias como emigrante que ha sido, y como hijo de uno de los pasajeros del Telémaco que un día buscó mejor suerte en Venezuela.
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