sábado, 17 de enero de 2009

EL JOVEN PROTAGONISTA DE LA SENTENCIA DEL TC SOBRE LOS MENORES INMIGRANTES CONFÍA EN QUE SU HISTORIA NO SE REPITA

El joven protagonista de la sentencia del TC sobre los menores inmigrantes confía en que su historia no se repita

MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) - El joven marroquí E.B., protagonista de la sentencia del Tribunal Constitucional que reconoce a los menores inmigrantes la capacidad para defenderse judicialmente contra la decisión de la administración pública que les tutele, expresó hoy su confianza en que el periplo que le ha llevado hasta el veredicto "no se vuelva a repetir" con otros chicos en su situación.
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En declaraciones a Europa Press, E.B, que prefiere seguir en el anonimato, reconoció sentirse "un poco orgulloso" por el fallo del Alto Tribunal, que permitirá a otros inmigrantes menores de edad tutelados por las comunidades autónomas recurrir con un abogado independiente los procedimientos de expulsión que les sean incoados.

Así lo hizo este joven con la colaboración del letrado Ignacio De la Mata, quien consiguió "bajarle literalmente del avión", según sus propias declaraciones, al que la Policía le había subido para ejecutar la expulsión a Marruecos ordenada por la Delegación del Gobierno a instancias de la Comunidad de Madrid, tutora del entonces menor de edad. E.B. cuenta que fue cuestión de "mucha suerte" conocer a ese abogado, porque "no sabía" que podía recurrir ni cómo hacerlo.
Después de aquello, De la Mata fue nombrado "defensor judicial" del joven, aunque el Tribunal Superior de Justicia de Madrid le quitó la razón en 2006 por entender que el niño ya tenía en la Administración Pública un representante. Hasta hoy, no le ha sido devuelta, cuando el Constitucional ha respaldado que existe un "conflicto de intereses" entre los tutores y el chico que justifica su recurso unilateral ante la Justicia.

B.E. ha contemplado el proceso, según dice, con el "el miedo en el cuerpo" ante la posibilidad de un revés que le volviera a sentar en un avión camino del país que abandonó a los once años subido en una patera. Fue interceptada por la Policía y lo trasladaron a Algeciras, donde permaneció en un centro del que finalmente escapó para evitar la deportación.

Llegó a Madrid pero su corta edad no tardó en llamar la atención de la Policía, que le detuvo para ingresarle primero en un centro de menores y después en otro, hasta la adolescencia. Cuenta que no estaba tranquilo, consciente de que a los 18 años los servicios públicos se acabarían para él y se vería "en la calle".

"ERA PEQUEÑO Y ESTABA MUY ASUSTADO"

"En el centro conocí a Mensajeros de la Paz de Madrid y ellos me acogieron en un piso para mayores, con otros cuatro chicos de mi edad" --explica-- E.B., que comenzó entonces el proceso de regularización para quedarse legalmente en España. "Ya me habían tomado las huellas para hacerme la tarjeta --prosigue--, pero un día bajé y me encontré a la Policía en el portal. Tenían mi pasaporte, caducado, porque lo tenía la Comunidad de Madrid. Ni siquiera me dejaron subir a por mis cosas".
"Pasé mucho miedo, era pequeño y estaba muy asustado", confiesa E.B., que se vió sentado en la comisaría del Aeropuerto de Barajas a una hora de embarcar en el vuelo que le devolvería a su familia. "Es muy duro volver porque siempre piensan que te han echado porque has robado o te has estado drogando. Conozco a muchos chicos que han vuelto y es muy difícil. Al principio la familia lo toma a mal, aunque luego se alegran de verte", declara.

Cuenta que "ya tenía el cinturón puesto" cuando una llamada del juez a la cabina ordenó a la azafata el desembarco "del más pequeño". Estaba acompañado de otro chico, de unos 17 años, que sí fue trasladado a Rabat. "Yo tuve mucha suerte y volví a otro piso de Mensajeros de la Paz, que ha sido como mi familia en España", señala.

E.B. entró a formar parte del programa Columbia de la ONG, que da cobijo y una oportunidad a los chicos como él que salen de los centros de menores de la Comunidad de Madrid con 18 años y sin papeles. En la actualidad, tiene concedida la residencia en España, está estudiando un curso de cocina y dice tener el sueño encontrar trabajo en un restaurante. En cuanto ahorre un poco alquilará una habitación por su cuenta y con el tiempo intentará sacar el título de Educación Secundaria Obligatoria y quizá estudios superiores.

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