Contra la política de inmigración. Tenemos derecho a “tener plenos derechos”
L@s trabajador@s migrantes, con o sin papeles, hemos sido uno de los principales contribuidores al crecimiento de la economía en los últimos años. A nosotr@s acuden todos los gobiernos cuando necesitan mano de obra barata, cuando las cotizaciones a la Seguridad Social peligran por el envejecimiento de la población “autóctona”, cuando quieren saltarse la legalidad en el cumplimiento de los derechos de l@s trabajador@s o simplemente cuando prefieren no arriesgarse con nuevas reivindicaciones sindicales. Y esto es posible gracias a las políticas contra la inmigración. Fuera del uso puramente productivo, estadístico, el colectivo de trabajador@s migrantes no cuenta para nada en la sociedad actual. Todas las leyes vigentes en materia de inmigración abordan a las personas migrantes como sospechosos de cometer delitos.
A pesar de llamarse sociedades democráticas, el colectivo de trabajador@s migrantes sufrimos la persecución propia de una dictadura. El difícil camino para obtener un permiso de residencia o trabajo, obliga a más de un millón y medio de personas a vivir en la clandestinidad. El miedo a ser encarcelad@s en un Centro de Internamiento para extranjeros, a ser deportados a cualquier país y en cualquier lugar, a fracasar en el intento de obtener una oportunidad en este mundo, acompaña permanentemente a la persona migrante. Su condición es la de un/a perseguido/a, siempre con la amenaza sobre su cabeza. La desprotección política y social nos empuja a trabajar más horas, a cobrar menos salarios, a no levantar la voz, a ser ciudadanos de segunda categoría, aguantando unas condiciones de explotación realmente flagrantes.
La clase política y las instituciones hablan de integración y nos invitan a celebrar la riqueza del encuentro multicultural malgastando muchas veces el dinero público en políticas que no aportan nada a la dignificación de nuestras condiciones de vida. Por otro lado, se disponen a endurecer las políticas migratorias a través de nuevos cambios en la Ley de Extranjería, aprobando la Directiva Europea del Retorno (de la vergüenza), realizando expulsiones masivas de los trabajadores inmigrantes y sus familias, encerrándonos en Centros de Internamiento aunque no hayamos cometido ningún delito. Cómo si esto fuera poco, los medios de comunicación y la clase política realizan declaraciones irresponsables que pretenden responsabilizar a los inmigrantes de la crisis, de la delincuencia, de la falta de equipamientos públicos y de un largo etcétera.
Mucho y muy variado se ha escrito sobre la crisis que actualmente afecta a empresas y entidades bancarias, pero no tanto sobre la que diariamente concierne a l@s trabajador@s incluyendo aquí a desemplead@s y jubilad@s. Así, la crisis que más sale en periódicos y televisiones, la de los bancos y empresas, ha cubierto en gran medida el objetivo para el que fue creada: miles de millones de dólares y euros públicos han sido puestos a su disposición sin ningún tipo de contraprestación, como podría ser, por ejemplo, el mantenimiento de puestos de trabajo. Pero la otra crisis, la perpetua, la diaria de l@s de abajo, es la que va a seguir porque el capitalismo para ella no tiene soluciones, ya que este sistema rehuye totalmente aquello que suponga el reparto de la riqueza y la justicia social. La crisis nuestra empezó hace mucho tiempo, en aquel tiempo en que los países del Norte descubrieron la manera de enriquecerse a costa de los del Sur.
Hacemos un llamamiento al conjunto de l@s trabajador@s, migrantes y autócton@s, para que no nos dejemos engañar por los discursos racistas y xenófobos. El nuevo paquete de medidas anti-crisis del gobierno, como por ejemplo el retorno voluntario de l@s desemplead@s, está abriendo un escenario de guerra de pobres contra pobres. Nuestra lucha es por la dignidad de todas las personas, porque no sigan existiendo nuevos esclav@s, ni trabajador@s de segunda categoría. Nosotr@s también queremos participar en las decisiones de la sociedad en la que vivimos y trabajamos y exigimos los mismos derechos para tod@s. Decimos basta a tanta persecución y marginación. Por fin vamos a tomar la palabra.
No al racismo institucional
1. Retirada de la Directiva Europea de la Vergüenza
2. No al secuestro de nuestros papeles
3. Basta de represión policial contra los inmigrantes
4. Cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE)
5. Porque tod@s tengamos derecho a la salud gratuita
6. Escolarización sin discriminación y con recursos
7. Por una ciudadanía universal
PLATAFORMA POR LOS DERECHOS HUMANOS, CONTRA EL RACISMO Y LA XENOFOBIA, TOD@S SOMOS MIGRANTES.
L@s trabajador@s migrantes, con o sin papeles, hemos sido uno de los principales contribuidores al crecimiento de la economía en los últimos años. A nosotr@s acuden todos los gobiernos cuando necesitan mano de obra barata, cuando las cotizaciones a la Seguridad Social peligran por el envejecimiento de la población “autóctona”, cuando quieren saltarse la legalidad en el cumplimiento de los derechos de l@s trabajador@s o simplemente cuando prefieren no arriesgarse con nuevas reivindicaciones sindicales. Y esto es posible gracias a las políticas contra la inmigración. Fuera del uso puramente productivo, estadístico, el colectivo de trabajador@s migrantes no cuenta para nada en la sociedad actual. Todas las leyes vigentes en materia de inmigración abordan a las personas migrantes como sospechosos de cometer delitos.
A pesar de llamarse sociedades democráticas, el colectivo de trabajador@s migrantes sufrimos la persecución propia de una dictadura. El difícil camino para obtener un permiso de residencia o trabajo, obliga a más de un millón y medio de personas a vivir en la clandestinidad. El miedo a ser encarcelad@s en un Centro de Internamiento para extranjeros, a ser deportados a cualquier país y en cualquier lugar, a fracasar en el intento de obtener una oportunidad en este mundo, acompaña permanentemente a la persona migrante. Su condición es la de un/a perseguido/a, siempre con la amenaza sobre su cabeza. La desprotección política y social nos empuja a trabajar más horas, a cobrar menos salarios, a no levantar la voz, a ser ciudadanos de segunda categoría, aguantando unas condiciones de explotación realmente flagrantes.
La clase política y las instituciones hablan de integración y nos invitan a celebrar la riqueza del encuentro multicultural malgastando muchas veces el dinero público en políticas que no aportan nada a la dignificación de nuestras condiciones de vida. Por otro lado, se disponen a endurecer las políticas migratorias a través de nuevos cambios en la Ley de Extranjería, aprobando la Directiva Europea del Retorno (de la vergüenza), realizando expulsiones masivas de los trabajadores inmigrantes y sus familias, encerrándonos en Centros de Internamiento aunque no hayamos cometido ningún delito. Cómo si esto fuera poco, los medios de comunicación y la clase política realizan declaraciones irresponsables que pretenden responsabilizar a los inmigrantes de la crisis, de la delincuencia, de la falta de equipamientos públicos y de un largo etcétera.
Mucho y muy variado se ha escrito sobre la crisis que actualmente afecta a empresas y entidades bancarias, pero no tanto sobre la que diariamente concierne a l@s trabajador@s incluyendo aquí a desemplead@s y jubilad@s. Así, la crisis que más sale en periódicos y televisiones, la de los bancos y empresas, ha cubierto en gran medida el objetivo para el que fue creada: miles de millones de dólares y euros públicos han sido puestos a su disposición sin ningún tipo de contraprestación, como podría ser, por ejemplo, el mantenimiento de puestos de trabajo. Pero la otra crisis, la perpetua, la diaria de l@s de abajo, es la que va a seguir porque el capitalismo para ella no tiene soluciones, ya que este sistema rehuye totalmente aquello que suponga el reparto de la riqueza y la justicia social. La crisis nuestra empezó hace mucho tiempo, en aquel tiempo en que los países del Norte descubrieron la manera de enriquecerse a costa de los del Sur.
Hacemos un llamamiento al conjunto de l@s trabajador@s, migrantes y autócton@s, para que no nos dejemos engañar por los discursos racistas y xenófobos. El nuevo paquete de medidas anti-crisis del gobierno, como por ejemplo el retorno voluntario de l@s desemplead@s, está abriendo un escenario de guerra de pobres contra pobres. Nuestra lucha es por la dignidad de todas las personas, porque no sigan existiendo nuevos esclav@s, ni trabajador@s de segunda categoría. Nosotr@s también queremos participar en las decisiones de la sociedad en la que vivimos y trabajamos y exigimos los mismos derechos para tod@s. Decimos basta a tanta persecución y marginación. Por fin vamos a tomar la palabra.
No al racismo institucional
1. Retirada de la Directiva Europea de la Vergüenza
2. No al secuestro de nuestros papeles
3. Basta de represión policial contra los inmigrantes
4. Cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE)
5. Porque tod@s tengamos derecho a la salud gratuita
6. Escolarización sin discriminación y con recursos
7. Por una ciudadanía universal
PLATAFORMA POR LOS DERECHOS HUMANOS, CONTRA EL RACISMO Y LA XENOFOBIA, TOD@S SOMOS MIGRANTES.
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