Dos cooperantes compraron esposas inmigrantes a las que después maltrataron
La ONG Afromujer de Andalucía denuncia el caso de mujeres vejadas y casadas a la fuerza con dos sevillanos
El Mundo, PEDRO SIMON, 2009-04-07
Los lobos con piel de cooperantes entraron a la choza, le mostraron un fajo de billetes al padre, negociaron con él y se trajeron a la fuerza a una muñeca de carne y hueso amordazada en la maleta.
Es la vieja y execrable historia de los matrimonios forzosos.Pero con un componente desconocido hasta ahora. Al menos dos españoles que estaban de labor humanitaria en países subdesarrollados se compraron sendas esposas tras el pago de la dote a las familias.Las dos chicas son hoy víctimas de maltrato físico y sexual.
Ellas se llaman Hoang y Karine en este reportaje. Nacieron respectivamente en un país de Asia meridional y en Nigeria. Tienen menos de 25 años, el mutismo de las manoseadas como esclavas y viven encadenadas en Sevilla por un anillo que no tiene nombre.
Hoang tuvo que dejar a su novio de toda la vida por el pretendiente español. La nigeriana Karine fue sometida a sedaciones continuas por su marido, que es un reputado profesional con cierto predicamento en su ciudad. Una y otra arrastran una pavorosa historia de agresiones y abusos tras ser compradas contra su voluntad, previo desembolso, por dos ciudadanos españoles entre 2005 y 2006. Son sus esposas legales en nuestro país.
La denuncia es cosa de la ONG Afromujer de Andalucía, que tiene su propio astillero para mujeres en ruina en su programa Vía Amiga, donde las dos jóvenes mercadeadas de esta historia están recibiendo asistencia desde hace dos años.
«En España ya hay casos de matrimonios forzosos, pero el problema es que no los estamos visualizando», sostiene Vanessa Casado, abogada, coordinadora del programa y colaboradora de Amnistía Internacional.
«Cuando en la asociación tuvimos conocimiento de la situación de estas chicas nos quedamos muy sorprendidas, porque hasta ahora no habíamos documentado ningún caso. Llegaron a nuestro programa porque lo suyo había derivado en violencia de género. Pero hablando y hablando nos acabaron contando lo del matrimonio forzoso previo pago… Sus historias están entre la veintena de expedientes que tenemos abiertos. Y son terribles».
La ONG Afromujer de Andalucía denuncia el caso de mujeres vejadas y casadas a la fuerza con dos sevillanos
El Mundo, PEDRO SIMON, 2009-04-07
Los lobos con piel de cooperantes entraron a la choza, le mostraron un fajo de billetes al padre, negociaron con él y se trajeron a la fuerza a una muñeca de carne y hueso amordazada en la maleta.
Es la vieja y execrable historia de los matrimonios forzosos.Pero con un componente desconocido hasta ahora. Al menos dos españoles que estaban de labor humanitaria en países subdesarrollados se compraron sendas esposas tras el pago de la dote a las familias.Las dos chicas son hoy víctimas de maltrato físico y sexual.
Ellas se llaman Hoang y Karine en este reportaje. Nacieron respectivamente en un país de Asia meridional y en Nigeria. Tienen menos de 25 años, el mutismo de las manoseadas como esclavas y viven encadenadas en Sevilla por un anillo que no tiene nombre.
Hoang tuvo que dejar a su novio de toda la vida por el pretendiente español. La nigeriana Karine fue sometida a sedaciones continuas por su marido, que es un reputado profesional con cierto predicamento en su ciudad. Una y otra arrastran una pavorosa historia de agresiones y abusos tras ser compradas contra su voluntad, previo desembolso, por dos ciudadanos españoles entre 2005 y 2006. Son sus esposas legales en nuestro país.
La denuncia es cosa de la ONG Afromujer de Andalucía, que tiene su propio astillero para mujeres en ruina en su programa Vía Amiga, donde las dos jóvenes mercadeadas de esta historia están recibiendo asistencia desde hace dos años.
«En España ya hay casos de matrimonios forzosos, pero el problema es que no los estamos visualizando», sostiene Vanessa Casado, abogada, coordinadora del programa y colaboradora de Amnistía Internacional.
«Cuando en la asociación tuvimos conocimiento de la situación de estas chicas nos quedamos muy sorprendidas, porque hasta ahora no habíamos documentado ningún caso. Llegaron a nuestro programa porque lo suyo había derivado en violencia de género. Pero hablando y hablando nos acabaron contando lo del matrimonio forzoso previo pago… Sus historias están entre la veintena de expedientes que tenemos abiertos. Y son terribles».
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