La mujer inmigrante y la huelga
El sistema patriarcal capitalista golpea a la clase trabajadora con desocupación, hambre, estrés y ansiedad, de la misma forma que arrasa a los países del Sur desde hace siglos. En Euskal Herria, la clase obrera intentará pararse el 21 de mayo para decir que la situación económica actual es parte estructural del sistema y que no está dispuesta a pagar las consecuencias de la crisis; que no está dispuesta a seguir perdiendo derechos laborales, sociales, económicos y políticos.
Las mujeres sabemos que el patriarcado recurre a la confusión discursiva y en muchos casos plantea reivindicaciones de la clase obrera olvidando la sujeción que ejerce sobre las mujeres y en su concepto de clase trabajadora no estamos todas. Las mujeres trabajadoras tenemos que hacernos visibles en esta lucha, nuestra situación específica: trabajadoras del hogar, profesionales, obreras manufactureras, autónomas, limpiadoras, enfermeras, etc. Por esta razón quisiera hacer visible a las mujeres que no van hacer huelga el jueves; las mujeres que no vemos y a las que la crisis las golpea con una brutalidad extrema: las trabajadoras inmigrantes y, en particular, las sin papeles.
Desde la Asociación de Mujeres Inmigrantes Malen Etxea en más de una ocasión hemos denunciado las condiciones laborales de este sector del mercado negro de trabajo y una vez más tenemos que decir que estas “exiliadas del neoliberalismo” trabajan y viven en Europa en condiciones de neoesclavitud o esclavitud del siglo XXI. Salarios bajos, sin vacaciones, sin días libres, sin pagas extraordinarias, jornadas laborales de 70 horas semanales, amenazadas y con miedo a quedar en la calle si levantan la voz, como miles de trabajadoras. Pero en este caso la calle no es una metáfora, es no tener donde vivir ya que no hay casa, ni familia, ni red social que las ayude y por eso las reducciones salariales, el trabajo por casa y comida y la prostitución son situaciones que vemos a diario.
Las mujeres inmigrantes no van hacer huelga el 21 de mayo, pero no porque no sean conscientes de lo que capitalismo hace en su vidas, sino porque no se sienten con fuerzas para plantearse la posibilidad de hacer oír su voz. Creo fervientemente en la organización social para hacer el cambio político, social y económico que necesita el mundo y por eso el 22 de mayo todos los agentes sociales y políticos tenemos que estar discutiendo estrategias para provocar ese cambio. El sistema está en crisis y en proceso de implosión. No dejemos que se reestructure pero no sólo por defender nuestra dignidad como trabajadoras sino porque con su lógica de acumulación de riqueza y destrucción es imposible la vida.
Silvia Carrizo
Asociación de Mujeres Inmigrantes Malen Etxea
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