Martes, 22/05/2007
Lo que diferencia a una Administración solvente de otra inoperante es su capacidad a la hora de reaccionar con eficacia ante retos inesperados. La inmigración es seguramente el mayor de esos retos, pues Madrid ha pasado de contar poco más de 100.000 personas de origen extranjero hace sólo cinco años a tener hoy 550.000. Y así, mientras el Gobierno de la Nación se veía desbordado por una inmigración que es incapaz de ordenar, en Madrid, sin tener las competencias en la materia, y desde luego sin el menor compromiso presupuestario o ni siquiera de intenciones de ese mismo Gobierno, el Ayuntamiento sí ha sabido darle la vuelta a la situación, convirtiendo el reto en oportunidad, y la oportunidad en éxito. Donde otros se han visto paralizados, nosotros hemos estado a la altura de las circunstancias. Porque, más allá del hecho de que el Gobierno no sea capaz de controlar hoy las fronteras, hay una realidad humana que los responsables municipales nos encontramos en nuestras calles y a la que tenemos que dar inmediata respuesta. Por eso creamos infraestructuras de acogida, dispositivos para los primeros días, servicios de alojamiento y traducción, recursos públicos, en fin, que han atendido a 780.000 usuarios, y que buscan convertir la difícil situación de muchos inmigrantes en un punto de partida más positivo hacia una integración plena en nuestra sociedad, que les permita no sólo salir adelante, sino también convivir sin tensiones
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