martes, 19 de febrero de 2008

DESMERCANTILIZAR LA MUJER MIGRANTE. ARTÍCULO DE MIHAELA VANCEA


DESMERCANTILIZAR LA MUJER INMIGRANTE


Mihaela Vancea

La Vanguardia, 05/02/2008


Cada vez son más las mujeres que migran. Según el Instituto Nacional de Estadística, en España residen más de 4,1 millones de personas extranjeras.


Las mujeres representan la mitad de esta población. Del mismo modo, cada vez más mujeres se incorporan en nuestro país al ámbito del trabajo remunerado, si bien siguen existiendo problemas desegregación ocupacional. Más de un 85 por ciento del total de la población femenina trabaja en el sector servicios, cifra que se eleva al 90 por ciento en el caso de la población femenina inmigrante. La gran mayoría de mujeres inmigrantes está empleada en el servicio doméstico, un sector que, en los últimos años, ha experimentado una fuerte demanda debido a factores como el proceso de envejecimiento dela población española o la creciente incorporación de las mujeres nativas al mercado laboral.


Las inmigrantes no suelen disponer de medios de producción propios,como la mayoría de la población. Por consiguiente, deben vender su fuerza de trabajo (mercantilizar su trabajo) para sobrevivir. Pero al mismo tiempo, en un mercado laboral fuertemente segregado, las inmigrantes deben venderse al peor postor. Pese a que, en numerosos casos, poseen niveles de educación elevados, se ven regularmente confinadas a trabajos que requieren poca cualificación como el servicio doméstico, la limpieza de edificios o ciertos puestos en la hostelería.


Algunas de estas mujeres disfrutan de una reducida capacidad de decisión al tener permisos de trabajo temporales. Otras, al encontrarse en una situación administrativa irregular, dependen del puro arbitrio de su patrón, bien para subsistir, bien para conseguir normalizar su situación.


En estos casos, no sólo su trabajo sino también sus derechos humanos fundamentales están mercantilizados.Desmercantilizar la mujer inmigrante requiere políticas dediscriminación positiva. Es necesario repensar las bases de la ciudadanía liberal y discutir los criterios necesarios para la residencia, el trabajo o la participación en la vida pública. En un mundo globalizado, no sólo es ingenuo sino inmoral plantearse la ciudadanía, sea en el marco de los estados nación, sea en el de un miope universalismo que subestima la posición vulnerable de la mujer inmigrante en el país de recepción.


M. VANCEA, departamento de Ciencias Políticas y Sociales, UniversitatPompeu Fabra

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tare articolul...felicitari! :)

lulu

Anónimo dijo...

am impresia ca am mai vazut balconul ala pe undeva...sau nu?