Los inmigrantes no colapsan ni las Urgencias, ni las consultas ginecológicas ni las salas de partos del sistema público de salud. Es verdad que en Albacete cada vez nacen más niños hijos de madres inmigrantes, pero estos tienen la misma salud y vitalidad que los autóctonos. La madres extranjeras son más jóvenes, recurren más tarde al ginecólogo que las albaceteñas, se someten a menos ecografías, afrontan una menor tasa de cesáreas y son más reticentes a la epidural, pero sus niños, lejos de presentar más complicaciones al nacer, pesan incluso 58 gramos más de media que los recién nacidos de madres albaceteñas. A pesar de que las condiciones sociales y económicas de una mujer inmigrante están a años luz de las de una albaceteña, no hay patologías en el embarazo o en el parto que las distancien.
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