«Muchos menores inmigrantes sufren la presión de sus familias para que les envíen dinero»
Marroquí de nacimiento, su reto es cambiar la mala imagen de los acogidos
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- Pero aquí no pueden trabajar hasta la mayoría de edad...- Esa es la raíz del conflicto.
- ¿Y cómo aceptan esa realidad?- Cuando están en Marruecos, ven en los medios de comunicación que aquí se vive muy bien, que hay trabajo. Otra cosa es la realidad que encuentran aquí, que no responde a sus perspectivas y aspiraciones, y que es chocante con su proceso migratorio. Eso les dificulta a veces el sometimiento a las normas, porque es una realidad que les frena y les obliga a seguir un proceso educativo y de inserción largo para sus aspiraciones. Tienen que lograr el permiso de residencia y de trabajo, formarse en talleres ocupacionales...
- ¿Ven interesante formarse?- La mayoría sí. Pero muchos vienen con un proyecto migratorio ya hecho, a trabajar y conseguir papeles, y cuando encuentran que el camino es duro y que el proceso es largo algunos se tuercen. Llegan aquí, entran en un centro de acogida y al día siguiente sus familias ya les piden que manden dinero. Están sometidos a mucha presión.
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