"Esta regularización de la mujer inmigrante le aboca a una mayor vulnerabilidad económica"
No se anda con medias tintas al describir la situación que vive un número creciente de mujeres empleadas en el sector doméstico. "Cuentan con un sueldo de 800 euros y les obligan a pagarse la Seguridad Social", denuncia Silvia Carrizo, presidenta de la asociación Malen Etxea
Diario de noticias de Gipuzkoa, j.n., 2010-04-22
donostia. No sale precisamente bien parada una mujer inmigrante que se acoge hoy al arraigo para poner fin a su situación administrativa irregular. “Se está jugando mucho con su inseguridad jurídica”, advirtió ayer Silvia Carrizo, presidenta de la asociación de mujeres Malen Etxea, una agrupación que prepara para la semana que viene un comunicado de denuncia sobre esta situación, con motivo del 1 de mayo. Carrizo participó ayer en unas jornadas sobre Ciudadanía e Inmigración celebradas en el campus donostiarra de Deusto.
¿Resulta complicado a una mujer extranjera regularizar su situación?
La única vía ahora es el arraigo. Entre comillas, las mujeres lo tienen más fácil porque los tres años de residencia los consiguen fácilmente mientras trabajan, casi siempre, en el sector doméstico. Solicitar el arraigo no supone mayor contratiempo, pero el problema está en el abuso y la explotación de la patronal.
¿A qué se refiere?
Los contratos de trabajo a las mujeres se les va haciendo, pero se está jugando mucho con la inseguridad jurídica que viven. El problema es que se están empleando a muchas mujeres pero sin pagarles la Seguridad Social, lo que da lugar a una situación muy complicada para ellas. Se están regularizando por arraigo, pero a costa de asumir el 100% del coste social.
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