Moszi indica a la voluntaria de Cruz Roja las zonas del cuerpo que le duelen tras una travesía de varios días desde Mauritania. Manuel Lérida (EFE)
El inmigrante albino que llegó a la isla pide asilo
Se lo querían comer
03-04-2009
Moszi es albino, pero debería ser negro como toda su familia. Es el segundo albino africano que ha llegado a Canarias en un cayuco desde que la inmigración clandestina por mar comenzó hace más de quince años. Discriminado por ser distinto y perseguido para hacerse con partes de su cuerpo que "dan buena suerte", Moszi ha pedido el asilo en Tenerife.
BELÉN MOLINA SANTA CRUZ DE TENERIFE Nació en Benin, un país de nueve millones de habitantes situado entre Togo, Burkina Faso, Nigeria y el Atlántico y en el que animismo es una práctica religiosa habitual y dentro del animismo, el vudú. Por eso Moszi se embarcó en un cayuco que partió de Mauritania y que llegó por sus propios medios a El Confital el pasado 30 de marzo, ante la sorpresa de unos militares de élite que descansaban en esa playa después de una jornada de maniobras. Moszi, de 18 años, se embarcó porque desde su nacimiento ha sufrido la discriminación en su familia y entre sus vecinos, pero sobre todo porque los albinos negros, que son una carga cuando están vivos porque necesitan cremas de protección solar, gafas negras y ropas para estar tapados de pies a cabeza, una vez muertos son una fuente de riqueza. Cada parte de su cuerpo es usada para rituales de brujería. Con algunos órganos se elabora muti, un bebedizo que trae fortuna. Los dedos sirven como amuletos y por una pierna puede llegar a pagarse hasta cerca de dos mil euros. Moszi, que como adulto está en recluido en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Hoya Fría, ha solicitado el asilo, que tramitará la próxima semana el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR). Si su expediente es admitido, Moszi saldrá del CIE en espera de esa protección que busca para evitar que, literalmente, se lo coman. No es un caso aislado. El propio Parlamento Europeo se ha pronunciado en contra los asesinatos de albinos africanos, esos seru-seru (en swahili) que son tenidos como seres mágicos. Sólo en Tanzania se descuartizaron 40 personas el pasado año para rituales de brujería. Sus lenguas son "tesoros", sus hígados, sagrados y sus cabellos, protectores.
Se lo querían comer
03-04-2009
Moszi es albino, pero debería ser negro como toda su familia. Es el segundo albino africano que ha llegado a Canarias en un cayuco desde que la inmigración clandestina por mar comenzó hace más de quince años. Discriminado por ser distinto y perseguido para hacerse con partes de su cuerpo que "dan buena suerte", Moszi ha pedido el asilo en Tenerife.
BELÉN MOLINA SANTA CRUZ DE TENERIFE Nació en Benin, un país de nueve millones de habitantes situado entre Togo, Burkina Faso, Nigeria y el Atlántico y en el que animismo es una práctica religiosa habitual y dentro del animismo, el vudú. Por eso Moszi se embarcó en un cayuco que partió de Mauritania y que llegó por sus propios medios a El Confital el pasado 30 de marzo, ante la sorpresa de unos militares de élite que descansaban en esa playa después de una jornada de maniobras. Moszi, de 18 años, se embarcó porque desde su nacimiento ha sufrido la discriminación en su familia y entre sus vecinos, pero sobre todo porque los albinos negros, que son una carga cuando están vivos porque necesitan cremas de protección solar, gafas negras y ropas para estar tapados de pies a cabeza, una vez muertos son una fuente de riqueza. Cada parte de su cuerpo es usada para rituales de brujería. Con algunos órganos se elabora muti, un bebedizo que trae fortuna. Los dedos sirven como amuletos y por una pierna puede llegar a pagarse hasta cerca de dos mil euros. Moszi, que como adulto está en recluido en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Hoya Fría, ha solicitado el asilo, que tramitará la próxima semana el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR). Si su expediente es admitido, Moszi saldrá del CIE en espera de esa protección que busca para evitar que, literalmente, se lo coman. No es un caso aislado. El propio Parlamento Europeo se ha pronunciado en contra los asesinatos de albinos africanos, esos seru-seru (en swahili) que son tenidos como seres mágicos. Sólo en Tanzania se descuartizaron 40 personas el pasado año para rituales de brujería. Sus lenguas son "tesoros", sus hígados, sagrados y sus cabellos, protectores.
2 comentarios:
hola soy de la palma y tengo 26 años.estoy dispuesto con todo lo que tengo y puedo dar a recoger y ayudar a moszi en todo lo que nesecite.por que repatriarlo seria una condena de muerte para el.me ha estremecido mucho la historia de este chabal y yo no me puedo quedar quieto en casa tomandome una cerveza saviendo que a el lo pueden repatriar con todas sus consecuencias.ESPERANZA
A mí también me da mucha pena. Si alguien sabe cómo se puede ayudar, díganmelo. Sería un crimen repatriarlo. Debe de estar aterrorizado: sólo tiene 18 años.
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