domingo, 23 de septiembre de 2007

JOSÉ OVEJERO PUBLICA LA NOVELA "NUNCA PASA NADA", REFLEXIÓN SOBRE LA COMPLEJIDAD DE LAS RELACIONES HUMANAS A PARTIR DE UNA INMIGRANTE


¿Qué puede esconderse en unas vidas aparentemente anodinas? Porque detrás de cada vida hay un mundo complejo por descubrir¿Conocemos realmente la cultura de los ciudadanos acogidos en nuestro país? Y ellos, ¿nos conocen a nosotros?
"A MENUDO NO TE AVERGÜENZAS DE LO QUE HACES , SINO DE QUE TE VEAN HACERLO"





Novela; , 2007ISBN 978-84-204-7227-0


"Sin darnos cuenta, la vida puede convertirse en una acumulación de secretos que impregna hasta el último minuto de nuestra rutina. Carmela y Nico, una mujer excesivamente independiente y un hombre demasiado apacible, llevan una tranquila y acomodada vida de matrimonio de clase media, plagada de silencios casi imperceptibles. Pero es el secreto de Olivia, la inmigrante ecuatoriana encargada de las tareas del hogar, el que podría derribar esa apariencia de normalidad. Sobre todo si entre medias anda Claudio, un muchacho superdotado al que le divierte desvelar lo oculto."


Nunca pasa nada es un libro a ratos divertido, a ratos trágico, en el que José Ovejero despliega sus artes narrativas para mostrar los conflictos y tensiones subyacentes en un mundo donde lo aparente impera sobre lo real, y para desmontar los mecanismos de nuestra buena conciencia. Sólo Olivia, a la vez víctima y agente de la desgracia, parece saber que la buena conciencia no va a resolver sus problemas. Y en cuanto a Claudio..., bueno, Claudio no tiene conciencia.




Madrid, 10 sep (EFE).- El escritor madrileño José Ovejero acaba de publicar su última novela, "Nunca pasa nada", en la que reflexiona sobre la complejidad de las relaciones humanas a partir de la historia de Olivia, una inmigrante ecuatoriana que se encarga de las tareas domésticas en el hogar de un matrimonio aparentemente normal.

La novela, editada por Alfaguara, se acerca al fenómeno de la inmigración, un problema que ya abordó el autor en su anterior trabajo, "Las vidas ajenas", y al que "todavía no había terminado de darle vueltas", según dijo hoy Ovejero en una entrevista con Efe.


En la obra se entrecruzan varias historias cercanas al autor, aunque él se preocupa en aclarar que el hecho de que sean personajes o historias reales "no le aporta un valor añadido" al libro, pero en su caso asegura que le resulta más fácil escribir sobre hechos que conoce.
Así, "Nunca pasa nada" está ambientada en la casa de unos amigos suyos, a los que -dice- pidió permiso para "invadirla con mis personajes".


En la novela, Ovejero narra los secretos que guarda un matrimonio de apariencia normal, Carmela y Nico, que quedan al descubierto gracias a Olivia, una inmigrante ecuatoriana que carga con una pesada deuda económica que debe pagar a Julián, un intermediario de las mafias que traen ilegalmente a los inmigrantes, y a Claudio, un joven superdotado que disfruta dejando al descubierto lo oculto.

El escritor define como "curiosa" la relación del matrimonio que describe en su obra, asegura que "todos tenemos algún tipo de pacto o contrato, explícito o implícito, con nuestra pareja", y cree que un matrimonio es, entre otras cosas, "una relación de poder"
En este sentido, confiesa que su preocupación por las relaciones humanas le viene dada, en parte, por la profesión de su mujer, psicoterapeuta, y asegura sentirse fascinado por "la riqueza del comportamiento humano y de las parejas".
"Uno cree que todos hacemos lo mismo, pero no es verdad; cada pareja es un microcosmos y tiene sus propias reglas", asegura Ovejero, aunque precisa que su novela no pretende ser "psicológica", a pesar de que en la misma la psicología de los personajes es muy importante.
Al autor le interesa dejar al descubierto que la fachada "relativamente sencilla, con tres o cuatro rasgos marcados" de cada uno es mucho más compleja interiormente, y así asegura que "cada uno carga con un montón de personalidades, no con esa que hemos decidido para los demás", y opina que siempre hay una parte de ti mismo que no puedes comunicar "porque ni siquiera eres consciente de ella".
Respecto al hecho de dejar abiertas las historias, subraya que "lo difícil es dejar las tramas sin cerrar del todo", porque "tienes que estar muy seguro de haber dado suficiente información para que el lector la pueda cerrar".
Ovejero, que vive entre Madrid y Bruselas, asegura que se encuentra cómodo en ambos sitios, aunque se queja de que a veces España, y sobre todo Madrid, le parece "demasiado española", y elogia la integración que ha logrado Bruselas con sus inmigrantes, algo que cree sucederá en España con la próxima generación de inmigrantes.

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