EL CAMINANTE (V)(Yo emigro, tu emigras todos emigramos…)
En Venezuela, rodeado por las aguas del Mar caribe, existe un lugar que determina el punto extremo más al norte del continente latinoamericano, se trata de la “Península de Paraguana”, en el Estado Falcón, uno de los 22 estados que conforman esta nación sudamericana, por allí, hace 500 años pasó el navegante español Alonso de Ojeda, quien aprovechando que ese día era el onomástico de San Román en el calendario católico español, decidió que seria este un buen nombre para bautizar estos parajes del mundo.Fue cerca de allí donde nací, en un pueblo a diez minutos en coche del cabo de San Román en la Península de paraguana, allí crecí, y allí adquirí el temple y el fundamento para llegar a ser quien soy hoy en día.Como dije, nací y crecí en un pueblo al que los indígenas llamaban “El Pueblo Nuevo”, por ser el lugar escogido por los monjes capuchinos a finales del siglo XVIII, para fundar junto con los hacendados de los alrededores , un centro de oración tanto para los fieles, como para los salvajes que vivían en la zona, y necesitaban de la cristianización, para llegar a ser tan civilizados como ellos; los monjes españoles, quienes por cierto tenían un nombre también mas civilizado para el naciente poblado, le llamaron; “El pueblo de la Pura Limpia e Inmaculada Concepción”.En este pueblecito, aprendí a saludar a los vecinos por las mañanas, y a compartir la mesa con los amigos, aprendí a respetar a los mayores, y a ser honesto y sensible ante la desgracia ajena, en fin aprendí a ser lo que nosotros llamamos “buena gente” o “pueblerino”, que para mi significan lo mismo
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