En sólo dos meses han abandonado la isla 6.000 inmigrantes, la mayoría de ellos procedentes de fuera de la Unión Europea y cuya situación era irregular. La marcha en masa de trabajadores de la construcción, hostelería y hogar viene a demostrar que el fenómeno de la inmigración está motivado por la búsqueda de empleo y calidad de vida.
El responsable del colectivo de uruguayos de Lanzarote, José Morales, confirmó, ayer, durante la protesta protagonizada por varias asociaciones de inmigrantes por la futura directiva europea de retorno, que «al menos 6.000 personas de terceros países han abandonado la isla en los últimos dos meses». De ellos, «los que tienen sus papeles en regla se marchan a otras islas o la Península a empezar de cero en su proyecto de emigración, aunque la mayoría de los que se han ido están en situación irregular y ésos se vuelven a sus países porque en sus circunstancias es especialmente costoso salir adelante», explica.
La cifra aportada por los colectivos supone una quinta parte del total de inmigrantes sudamericanos y africanos que han ido incrementando la demografía isleña dentro del fenómeno iniciado en la última década. «Al bajar la actividad económica, se ha visto un claro retroceso en el empleo de sectores como la construcción, la hostelería o el hogar». Algunos trabajadores han decidido marcharse «a zonas agrícolas como Valencia u otras regiones con huerta», volviendo así al empleo en la agricultura que muchos de ellos tenían en sus países. Otros son menos afortunados. «En el ámbito del trabajo del hogar la mayoría están sin asegurar», indicó Morales. Los colectivos más numerosos en la isla son los de Colombia (5.800 personas); Marruecos (5.600) y Ecuador (4.000).
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