REPORTAJE: Los problemas de los inmigrantes
Pesca de 'sin papeles' vía satélite
Interior teje una red informática con Portugal y tres países africanos para cruzar datos de espías y de radares
TOMÁS BÁRBULO - Mdrid - 26/05/2008
Ahora mismo, sobre nuestras cabezas, a 36.000 kilómetros de altura, hay un satélite espía que pesa 3,7 toneladas. Se llama Spainsat, y es propiedad del Ministerio de Defensa. Antes de finales de año, ayudará al Gobierno a blindar las costas frente a traficantes de drogas e inmigrantes irregulares.
Se trata de construir una gigantesca 'intranet' imposible de vulnerar
El centro de mando de Las Palmas recibirá información en tiempo real
El satélite es el corazón de una red de información cifrada que teje el Ministerio del Interior y que incluirá a Portugal y a tres países de África occidental. El proyecto, denominado Sea Horse Network, está siendo desarrollado por la empresa Indra, primera multinacional electrónica española.
En esencia, se trata de crear una gran intranet internacional, invulnerable a los espías. A través de antenas especiales apuntadas hacia el Spainsat (que se halla en órbita geoestacionaria; esto es: siempre sobre el mismo punto de la Tierra), enlazará permanentemente siete centros de información.
Tal vez un ejemplo pueda ilustrar mejor el funcionamiento del nuevo entramado Sea Horse Network. El centro de Praia, en Cabo Verde, alerta al mando de Las Palmas (siempre a través del satélite) acerca de un barco sospechoso que acaba de pasar junto al archipiélago con rumbo norte. Informa del nombre del barco, de su bandera y del lugar del que supuestamente procede, Guinea – Bissau. El centro de mando de Las Palmas pone esa información a disposición del centro de Dakar, que alerta a los agentes del CNI en Guinea – Bissau. Éstos rastrean entre los buques que han abandonado el puerto de Bissau en las fechas señaladas y no hallan ninguno que se corresponda con las características de la nave sospechosa. Remiten su información a Dakar, que la envía a Las Palmas. A partir de ese momento, los guardias civiles que operan con los radares del SIVE rastrean en sus pantallas la nave sospechosa para interceptarla antes de que alcance la costa. El mecanismo de la red ha encendido la alerta para frustrar las intenciones de un barco negrero o de una operación de tráfico de droga
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