miércoles 28 de mayo de 2008 08:11 GYT
Por Stephen Brown
ROMA (Reuters) - Los italianos se dieron cuenta tarde que la ofensiva de Silvio Berlusconi contra los inmigrantes ilegales podría privarlos de cientos de miles de extranjeros que limpian sus casas y cuidan de sus niños y ancianos.
Tras haber elegido al magnate de los medios para un tercer mandato en abril pasado, gracias en parte a sus promesas para frenar la inmigración ilegal, ahora suplican que limpiadores, niñeras y cuidadores asistenciales estén exentos.
Sus plegarias pueden estar cayendo en saco roto.
"¿Por qué una empleada doméstica tiene derechos y un albañil no?," preguntó el ministro del Interior, Roberto Maroni, artífice del proyecto de ley que será llevado al Parlamento y que despertó preocupación en Europa por un eventual fomento del racismo.
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