La ayuda de la ley de rentas mínimas que se aprobó en enero aún no se puede pedir
Federico Castellón, de 71 años y sin ingresos, es uno de los miles de ciudadanos de las Islas que no pueden acceder aún a la ley de rentas mínimas porque no está operativo el sistema informático.
IOSUNE NIETO, Tenerife
¿Se imagina tener 71 años, ser un emigrante retornado, sin ingresos porque no recibirá una pensión no contributiva hasta el año 2010, comer de lo que le entrega cada día una nuera y no poder acceder a la muy publicitada prestación básica canaria de inserción porque ni siquiera, casi finalizando el año, aún hay posibilidad de hacer la solicitud?
Esto es lo que le ocurre a Federico Castellón, de 71 años, emigrante español retornado de Cuba en 2002 y residente en Tenerife desde entonces. Un hombre con la misma dignidad del cubano, pese a sus penurias, y que ya saltó a las páginas de este periódico por su lucha para recibir un bonobús de los que otorga el Cabildo a los mayores de 65 años con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional.
Porque esa era y sigue siendo hoy en día su situación. Esto es, la ausencia total de ingresos puesto que la Ley de la Seguridad Social no le reconocerá su tiempo trabajado en otro país hasta que cumpla los diez años de estancia en España. Entonces podrá cobrar una pensión no contributiva.
La necesidad urgente de Federico Castellón está acreditada no sólo por su cuidada retórica, sino por una carpeta de documentos que avalan lo mismo: que no percibe ningún ingreso económico y que vive "de prestado" junto a un hijo en un barrio de Santa Cruz. Actualmente solo, debido a un desgraciado accidente de tráfico ocurrido el pasado mes de julio en Cuba, en el que ha perdido a su esposa, a un nieto y a una cuñada, mientras que su hijo y otra nieta permanecen en un hospital de aquel país.
Federico Castellón, de 71 años y sin ingresos, es uno de los miles de ciudadanos de las Islas que no pueden acceder aún a la ley de rentas mínimas porque no está operativo el sistema informático.
IOSUNE NIETO, Tenerife
¿Se imagina tener 71 años, ser un emigrante retornado, sin ingresos porque no recibirá una pensión no contributiva hasta el año 2010, comer de lo que le entrega cada día una nuera y no poder acceder a la muy publicitada prestación básica canaria de inserción porque ni siquiera, casi finalizando el año, aún hay posibilidad de hacer la solicitud?
Esto es lo que le ocurre a Federico Castellón, de 71 años, emigrante español retornado de Cuba en 2002 y residente en Tenerife desde entonces. Un hombre con la misma dignidad del cubano, pese a sus penurias, y que ya saltó a las páginas de este periódico por su lucha para recibir un bonobús de los que otorga el Cabildo a los mayores de 65 años con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional.
Porque esa era y sigue siendo hoy en día su situación. Esto es, la ausencia total de ingresos puesto que la Ley de la Seguridad Social no le reconocerá su tiempo trabajado en otro país hasta que cumpla los diez años de estancia en España. Entonces podrá cobrar una pensión no contributiva.
La necesidad urgente de Federico Castellón está acreditada no sólo por su cuidada retórica, sino por una carpeta de documentos que avalan lo mismo: que no percibe ningún ingreso económico y que vive "de prestado" junto a un hijo en un barrio de Santa Cruz. Actualmente solo, debido a un desgraciado accidente de tráfico ocurrido el pasado mes de julio en Cuba, en el que ha perdido a su esposa, a un nieto y a una cuñada, mientras que su hijo y otra nieta permanecen en un hospital de aquel país.
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