domingo, 30 de diciembre de 2007

"VIVIR PARA CONTAR LO QUE DEJARON ATRÁS" . REPORTAJE SOBRE REFUGIADOS EN TENERIFE . CEAR.





Vivir para contar lo que dejaron atrás



Tres refugiados del Sáhara, Costa de Marfil y Venezuela narran el drama que sufrieron hasta solicitar el asilo en Tenerife



Héctor, al que hemos llamado así para este reportaje, no tiene miedo, aunque CEAR le ha aconsejado que oculte su identidad por ahora. Héctor, Mahyub y Malik, junto a Rocío Cuéllar, abogada de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado. El costamarfileño Malik vivió un auténtico calvario hasta que llegó hace año y medio a Tenerife.
Nostalgia de los que no están en una Navidad ’diferente’



Mientras la mayoría disfrutamos estos días del calor familiar y los regalos, personas como Malik, Mahyub y Héctor tratan de acostumbrarse a unas fiestas que, para ellos, tienen como única connotación el poder vivirlas en libertad después de mucho tiempo de persecución y sufrimiento. Como musulmanes, Malik y Mahyub acaban de celebrar la Fiesta del Cordero (Aid El Adha), en recuerdo del cordero que Abraham degolló como sacrificio a Dios en lugar de su propio hijo. Todos los años por estas fechas (día décimo del mes lunar del Dualhuya), los padres degüellan un cordero o un animal macho que se prepara y se come en familia. Es el principal rito de unas celebraciones musulmana que se prolongan varios días, y que en esta ocasión entronca con la Navidad cristiana. Los dos jóvenes refugiados recuerdan cuando disfrutaban con los suyos de esta celebración, que ahora han compartido en Tenerife junto a algunos amigos. Malik, además, también espera que Papá Noel y los Reyes le traigan algún regalo, ya que desde que estaba en La Esperanza aprendió el significado de la Navidad católica. "Lo que me regalen estará bien", asegura. El caso de Héctor es diferente. En Tenerife convive con una chica venezolana que lleva más de diez años en la Isla. Con ella y su familia pasará las Navidades. "Habrá caldito venezolano", explica el refugiado, quien recuerda que los últimos cuatro años fueron "muy duros". "Pasaba las Navidades trabajando día y noche para no pensar. Trabajé en el Sur en seguridad en los hoteles. Lo único que quería era ganar dinero para mandarlo a mi familia y no darle vueltas a mis problemas, porque si no me volvía loco". "En Venezuela -añade- la gente se reúne todos los días de las fiestas; la Navidad es muy familiar, y eso es algo que echo mucho de menos", concluye




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COMENTARIO : GRACIAS AL EQUIPO DE CEAR , Y EN ESPECIAL A ROCIO CUELLAR Y CARMEN POR SU ENCOMIABLE LABOR Y SU COMPROMISO SOCIAL . "LAS CHICAS SON GUERRERAS" Y USTEDES LO SON AÚN MÁS . ESTOY ENAMORADO DE VUESTRO TRABAJO Y SOY UN FERVIENTE ADMIRADOR VUESTRO. UN ABRAZO CALUROSO Y QUE EL PRÓXIMO AÑO OS TRAIGA LO QUE OS MERECEIS ..........TODO.


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