La estrella de belén también pudo verse desde las Islas Canarias al igual que desde
China o jerusalén
VERÓNICA MARTÍN SANTA CRUZ DE TENERIFE Mark Kidger es astrofísico y se confiesa agnóstico. En estos momentos trabaja en la Agencia Espacial Europea (ESA) en uno de sus proyectos más ambiciosos que es la realización del telescopio espacial más grande y potente jamás lanzado al espacio: el Herschel que supondrá un antes y un después en la historia de la Astronomía. Una de sus pasiones también tiene que ver con un hito fundamental en la historia de la humanidad que es el nacimiento de Jesús, la llegada de los Reyes Magos y la existencia de la famosa Estrella de Belén.
"Es un tema apasionante porque en él se mezclan situaciones históricas reales con leyendas y con eventos astronómicos importantes y, además, ha sido modificado por la Iglesia en varias ocasiones posteriores", relata el investigador que en el año 1999 escribió el libro La estrella de Belén.
En sus estudios se levantan varios mitos como el hecho de que "los Reyes Magos no eran reyes sino seguramente sacerdotes que seguían un evento astronómico importante y que se encontraron con la famosa Estrella de Belén que era, en realidad, la explosión de una nova y no un cometa como se ha dicho".
Uno de los mitos que la ciencia parece desmontar es el hecho de que los Reyes Magos fueran tres y que respondieran a los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar "porque se trata de nombres que no existieron hasta el siglo VIII después de Cristo y no se popularizaron hasta el siglo X", explica el astrofísico y recalca que, además, hay documentos que aseguran que no eran tres "sino que hay representaciones que los cifran en dos, tres, cuatro o hasta doce". Por supuesto, como venían de Oriente "no eran uno blanco uno amarillo y otro negro algo que la Iglesia añadió posteriormente para significar las tres razas de la Tierra aunque el oriental haya desaparecido-. En realidad, deberían ser negros o al menos de tez bastante oscura pues procedían del norte de Persia", dice
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