Un reportaje de la segunda cadena marroquí expone la imagen de una menor congoleña, con el acuerdo de las responsables del centro de Marrakech donde estaba acogida. En el mismo reportaje, la asistenta social interroga a la pequeña y desvela a la periodista datos personales sobre el dossier de la menor. Mientras las caras e identidad de los menores marroquíes son ocultadas, esta niña congoleña de seis años es filmada a cara descubierta y se muestran incluso los documentos que la acreditan como demandante de asilo en ACNUR Marruecos.
Ayer (día 29 de noviembre) la segunda cadena marroquí emitía un reportaje sobre menores migrantes. Hacía un recorrido sobre la realidad de menores migrantes marroquíes, tanto en suelo alaouita, como en territorio español. Evaluaba temas como las repatriaciones y los centros de menores que se construirán al calor de la cooperación española para "acoger" a los menores forzados a regresar a Marruecos.
Durante todo el reportaje, tanto en Marruecos, como en el estado español, la cara e identidad de los menores marroquíes era protegida, tal y como demandan los códigos éticos del periodista y las leyes nacionales e internacionales de protección de la infancia.
Pero, en un momento del reportaje, la segunda marroquí, quiere mostrar que Marruecos también es un país con menores migrantes de otras nacionalidades que están en tránsito. Para exponer esta situación escogen el caso de una menor congoleña, de unos seis años. Esta niña es interceptada en el aeropuerto de Marrakech en compañía de una mujer que no es su madre y con documentación para viajar a Francia. La pequeña es trasladada a un centro de acogida regentado por una organización social marroquí y la mujer que la acompañaba es detenida.
En el reportaje cuentan cómo la madre de la niña va a reclamarla al centro y también es detenida junto con su bebé de tres semanas. La mujer es condenada a pasar dos meses en prisión. Con posterioridad, un hombre, diciendo ser el padre de la pequeña se presenta y también es detenido. El caso se cuenta al mínimo detalle y se ilustra con imágenes de la niña dentro del centro, mientras la niña juega, pinta o bien intenta zafarse del interrogatorio de los periodistas. La asistenta social del centro también contribuye a formular cuestiones y le pregunta todo el tiempo, cosas como ¿dónde has nacido?, y acto seguido delante de la niña, la asistenta responde que siempre dice que ha nacido en Francia y continua con la misma pregunta reiteradamente. La asistenta social llega incluso a declarar información que dice haber obtenido de la menor tras haber ganado su confianza.
Esta parte del reportaje culmina con la liberación de la madre y el encuentro con la menor. La madre es seguida por la policía y cámaras durante todo el tiempo y se muestran planos constantes también del bebé que acaba de salir de la prisión. Como remate el documento de naciones unidas de la familia es expuesto en un primer plano mientras la policía cuestiona la autenticidad del mismo.
Ante la indignación que sentía por la nula protección y respeto a los derechos de esa menor, recordé las palabras que en una reunión sobre protección de menores en Marruecos, había hecho una responsable de la cooperación española. Esta mujer decía que el sistema de protección en Marruecos (para el que España está dando tanto dinero) era para los menores marroquíes y que los subsaharianos eran temas humanitarios.
Responder a la segunda cadena marroquí, al centro de Marrackech, a las autoridades españolas y al reino de Marruecos, que un o una menor son sujetos de derecho, no importa cuál sea su circunstancia, nacionalidad o color de piel.
Recordar a las organizaciones de defensa de los derechos de menores que es el momento de expresar nuestra repulsa a hechos como éste y también recordar al ACNUR, que si efectivamente esta niña era demandante de asilo, también ellos deben reprobar situaciones que conducen a incrementar el deterioro de estos niños y niñas.
Helena Maleno, LICENCIADA EN CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN
Ayer (día 29 de noviembre) la segunda cadena marroquí emitía un reportaje sobre menores migrantes. Hacía un recorrido sobre la realidad de menores migrantes marroquíes, tanto en suelo alaouita, como en territorio español. Evaluaba temas como las repatriaciones y los centros de menores que se construirán al calor de la cooperación española para "acoger" a los menores forzados a regresar a Marruecos.
Durante todo el reportaje, tanto en Marruecos, como en el estado español, la cara e identidad de los menores marroquíes era protegida, tal y como demandan los códigos éticos del periodista y las leyes nacionales e internacionales de protección de la infancia.
Pero, en un momento del reportaje, la segunda marroquí, quiere mostrar que Marruecos también es un país con menores migrantes de otras nacionalidades que están en tránsito. Para exponer esta situación escogen el caso de una menor congoleña, de unos seis años. Esta niña es interceptada en el aeropuerto de Marrakech en compañía de una mujer que no es su madre y con documentación para viajar a Francia. La pequeña es trasladada a un centro de acogida regentado por una organización social marroquí y la mujer que la acompañaba es detenida.
En el reportaje cuentan cómo la madre de la niña va a reclamarla al centro y también es detenida junto con su bebé de tres semanas. La mujer es condenada a pasar dos meses en prisión. Con posterioridad, un hombre, diciendo ser el padre de la pequeña se presenta y también es detenido. El caso se cuenta al mínimo detalle y se ilustra con imágenes de la niña dentro del centro, mientras la niña juega, pinta o bien intenta zafarse del interrogatorio de los periodistas. La asistenta social del centro también contribuye a formular cuestiones y le pregunta todo el tiempo, cosas como ¿dónde has nacido?, y acto seguido delante de la niña, la asistenta responde que siempre dice que ha nacido en Francia y continua con la misma pregunta reiteradamente. La asistenta social llega incluso a declarar información que dice haber obtenido de la menor tras haber ganado su confianza.
Esta parte del reportaje culmina con la liberación de la madre y el encuentro con la menor. La madre es seguida por la policía y cámaras durante todo el tiempo y se muestran planos constantes también del bebé que acaba de salir de la prisión. Como remate el documento de naciones unidas de la familia es expuesto en un primer plano mientras la policía cuestiona la autenticidad del mismo.
Ante la indignación que sentía por la nula protección y respeto a los derechos de esa menor, recordé las palabras que en una reunión sobre protección de menores en Marruecos, había hecho una responsable de la cooperación española. Esta mujer decía que el sistema de protección en Marruecos (para el que España está dando tanto dinero) era para los menores marroquíes y que los subsaharianos eran temas humanitarios.
Responder a la segunda cadena marroquí, al centro de Marrackech, a las autoridades españolas y al reino de Marruecos, que un o una menor son sujetos de derecho, no importa cuál sea su circunstancia, nacionalidad o color de piel.
Recordar a las organizaciones de defensa de los derechos de menores que es el momento de expresar nuestra repulsa a hechos como éste y también recordar al ACNUR, que si efectivamente esta niña era demandante de asilo, también ellos deben reprobar situaciones que conducen a incrementar el deterioro de estos niños y niñas.
Helena Maleno, LICENCIADA EN CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN
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