domingo, 16 de agosto de 2009

REPORTAJE : EXTRANJERÍA . INMIGRANTES EN NEGRO

REPORTAJE: EXTRANJERÍA
Inmigrantes en negro
La economía sumergida da trabajo a cientos de miles de inmigrantes sin empleo fijo
LOLA GALÁN 16/08/2009



Washington, ecuatoriano de 43 años, pequeño de estatura, sólido de complexión, piel color bronce, no se ajusta al perfil del empleado doméstico. Lo suyo es poner ladrillos, pintar paramentos y colocar techos de escayola, habilidades que le permitieron encontrar trabajo nada más llegar a España, con visado turístico, hace 10 años.
Pero, aunque no ha trabajado nunca fregando suelos, poniendo lavadoras, o lavavajillas, entre noviembre de 2008 y mayo de 2009 cotizó a la Seguridad Social española como empleado doméstico, 160 euros al mes. "Lo pagaba de mi dinero. Tuve que darme de alta para poder renovar mis papeles de residencia. Caducaban el 21 de mayo, y no encontraba quien me contratara legalmente". Nada más renovarlos, Washington volvió a darse de baja y a desaparecer en la economía sumergida. Desde que estalló la crisis económica, y las constructoras españolas se fueron hundiendo una tras otra, y empezaron a paralizarse obras por todo el país, cientos de miles de trabajadores inmigrantes han perdido sus empleos, la mayoría en la construcción, el sector más golpeado por la crisis, y han pasado a engrosar las filas de los que trabajan sin contrato.

Ni sindicatos ni Gobierno se atreven a dar cifras precisas, pero una lectura comparada del número de los inmigrantes que dicen trabajar, en la Encuesta de Población Activa (EPA), y los que cotizan a la Seguridad Social, arroja un balance de 800.000 desaparecidos, es decir, que no cotizan, aunque dicen estar trabajando. "Nosotros no nos atrevemos a señalar un número concreto", dice Paloma López, secretaria confederal de Inmigración y Empleo de Comisiones Obreras. El sindicato se limita a consignar el dato que da el Consejo Económico y Social sobre el porcentaje que representa la economía sumergida, que rondaría el 20% del PIB español.

"Tampoco nos convence la comparación que se hace con las cifras de inmigrantes empadronados, porque tienen una movilidad enorme. Se van allí donde encuentran trabajo y puede ocurrir que estén empadronados a la vez en varios municipios. Porque necesitan inscribirse en los ayuntamientos para conseguir la tarjeta sanitaria, por ejemplo", dice López. A esta responsable sindical le preocupa sobre todo el perfil del inmigrante sin empleo, forzado a sobrevivir trabajando a salto de mata, que puede terminar perdiendo su permiso de residencia. "El problema está en los que han logrado una situación legal, después de mucho esfuerzo, y están pasando a una irregularidad que llamamos sobrevenida. El año pasado fueron 20.000 personas, y en lo que va de año, el ritmo de los que pierden su permiso es de 1.700 personas al mes".
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