09/03/09 por Centro de Colaboraciones Solidarias Sección: Sociopolítica
A diferencia del “inmigrante”, el expatriado se mueve en un Estado de Derecho anhelado por inmigrantes que repiten a la inversa el viaje de los pueblos que los invadieron, sometieron, explotaron y desarraigaron.
Acosados en tierras ajenas, vilipendiados a veces por mentes ignorantes de su propia realidad, acusados de todos los males por políticos poco escrupulosos con una supuesta ética de la tradición democrática, los inmigrantes representan el soporte indispensable del sistema socio-económico occidental.
Son gente culta que no alcanza a ser profeta en su tierra; son personas “nacidas demócratas” que no soportan vivir en sistemas regidos por otros principios o que carecen de ellos; son seres humanos que buscan mejorar su vida y la de sus seres queridos; son los desplazados de nuestro siglo, los nuevos desterrados y las víctimas del desorden mundial. Son una u otra cosa o todas a la vez. Lo cierto es que constituyen el fenómeno del siglo más temido y paradójicamente deseado en ciertos casos.
Suman más del 9% de la población en Europa, cerca del 15% en América del Norte y el 16% en Oceanía.
Aportan a Occidente su sabiduría, su fuerza de trabajo, su juventud, su diversidad, su consumo y su contribución fiscal. Su contribución a las economías de los países receptores ampliamente estudiada y comprobada.
Abdeslam Baraka
Ex Ministro y ex embajador de Marruecos en España
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